12 noviembre 2009

CNV, profundizando en el Estímulo


¡No te enfades conmigo, por favor!

¡No te enfades conmigo, por favor, mamá! me dice mi hijo pequeño. Y me resuenan sus palabras, del niño que conoce muy bien el corazón de la Comunicación NoVIolenta. Me habla de "enfádate con la situación, enfádate con lo que necesitas y no encuentras, enfádate con las circunstancias, pero por favor no conmigo".

¡Que sabiduría en tan pocas palabras!. Que conexión, observación, sentimiento, necesidad y petición hay en 6 palabras en un ser humano de tan sólo 4 años.

Me habla de la profunda necesidad de conexión que todos tenemos y que es la que hace que emerjan las ganas de contribuir.
Dejar que la bondad emerja, en vez de forzarmos a ser buenos. En la crianza y en la educación, como dice Marshall Rosemberg, no me vale con que seas bueno, me importa más el como te salen las ganas de serlo.
Para mi, esa es la diferencia entre bondad y buenismo, entre autenticidad y amabilidad más o menos frustrante.
Me permite conectar con la emoción de aprender y de tratar a los seres humanos pequeños con todo el respeto y admiración de un ser humano ya completo. Que tiene dentro todo lo necesario para satisfacer sus necesidades, para pedir.

Esa sencilla frase, me da un recurso valioso en el proceso CNV. Cuando me siento enfadada, me permite reconocer que el otro no es el motivo de mi enfado, sino el estímulo. Me permite seguir conectado con la persona y empezar a oir el si en el no del otro. A escuchar con orejas de jirafa las necesidades que están vivas y que me enfada no tener.

Me permite decirle a otro cuando se aleja o se enfada, no te enfades conmigo, me importa la conexión contigo, sintamos juntos el enfado por el desencuentro, por la estrategia poco eficaz, y esto me acerca un poco más al estado de gracia de la empatía y a bailar la danza CNV.

Noviembre de 2009, Rocío Gómez Sanabria

1 comentario:

  1. gracia Rocio por este comentario tan lindo que me ha conectado con mi incapacidad e impotencia a mis 4 años para decirle esto a mi madre, ni entonces ni jamas, arrastrando desde incluso antes, ese miedo a que alguien se enfade conmigo y que me tiene aun paralizada.
    gracias a ti y a tu hijo y felicidades por permitir a tu hijo que se exprese. besos

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